Características de la
muestra
La muestra 1 es una
retroalimentación de la profesora Azahara Cuesta García de la
segunda actividad realizada en la asignatura Metodología
de ELE: Destrezas, Actividades y Técnicas. En
esta se pedía la observación, el análisis y la reflexión de uno,
a nuestra elección, de los puntos del tema 2 que giraba en torno a
la gestión del aula. Adjunto a la muestra mi actividad para que se
pueda entender la retroalimentación recibida.
La actividad fue una actividad
individual en la que se trabajaba con la visualización de tres
secuencias de fragmentos de tres clases distintas de los profesores
Berta Sarralde, Jaume Batlle y Paulin Bithoga. Una vez entregada la
actividad, recibí la retroalimentación personalizada por parte de
la profesora. En otras ocasiones, también hemos recibido una
retroalimentación general de la actividad, pero no en este caso.
El último día de entrega de la
actividad era el 7 de enero, y para su realización era necesario
haber leído los temas 3 y 4 y visionado las tres secuencias. La
extensión de mi actividad es de cuatro páginas, por lo que he
entregado solo la parte que he considerado más significativa y he
añadido la retroalimentación de la profesora.
Justificación de la
muestra
He elegido esta muestra porque
la actividad que origina la retroalimentación supuso para mí un
reto a nivel profesional. El tema 2 de la asignatura se presentaba
como algo fácil y ligero, en el que se trataban los factores que un
profesor debe tener en cuenta a la hora de gestionar el aula, tales
como el discurso del profesor, la gestión del espacio en cuanto a la
posición del profesor y de los alumnos, así como su monitoreo,
relacionada con la decisión de qué dinámicas trabajar en la clase;
también leímos sobre la gestión de la pizarra y otros recursos
disponibles en el aula y la corrección.
Como ya he mencionado
anteriormente, sólo debíamos escoger uno de los factores y esa fue
quizá la decisión más difícil, porque me interesaba mucho
analizar el discurso del profesor, sobre todo la comunicación no
verbal, pero las secuencias no eran muy extensas como para poder
extraer suficiente material. Me interesaba también analizar las
correcciones que hacían a los alumnos, porque creo que es algo que
normalmente no hago correctamente en mis clases, pero dos de las tres
secuencias consistían en el inicio de la clase y apenas había
presencia de ellas. Después de visionar las secuencias, me resultó
muy difícil identificar los factores de forma independiente y
centrarme solo en uno.
Finalmente me decidí por la
posición del profesor y de los alumnos, porque al estar trabajando
como profesora de español en la Universidad de Ghana, donde las
clases son muy numerosas (de 40 a 250 alumnos) en aulas con
mobiliario fijo al suelo o en forma de gradas, me interesaba mucho
aprender de otros profesores cómo gestionar el espacio a través de
mis movimientos y los de mis alumnos.
La elección de esta
retroalimentación junto con mi actividad como muestra ha sido más
fácil, puesto que tenía especial interés en hacer una reflexión
crítica sobre todo el aprendizaje que llevé a cabo con la actividad
y cómo analizó la profesora mi análisis y reflexión.
Efectos en mi formación:
Conceptos, puntos de vista, valores y habilidades asimilados
Tras
el análisis exhaustivo de las tres secuencias tenía mucho interés
en conocer la opinión de la profesora sobre mi trabajo por la
dificultad de observar sin emitir juicios de valor y analizar
únicamente la posición del profesor y del alumno, además de su
relevancia en la gestión del aula que determina, entre otros
factores, la interacción que se da en el aula (Novillo,
2018, p.3).
Según
el modelo de competencias clave del profesorado de lenguas segundas y
extranjeras del Instituto Cervantes, gestionar el aula es una de las
competencias específicas dentro de la competencia clave de organizar
situaciones de aprendizaje. (Novillo, 2018, p.3). Tomar conciencia de
este concepto ha
sido muy positivo, porque confirma la responsabilidad que tiene el
profesor ante la gestión del aula para determinar qué dinámicas se
van a realizar en clase.
La retroalimentación confirmaba
que había hecho un análisis focalizado en el factor elegido.
Observar sólo un factor cuando hay muchos otros que entran en juego,
además de no emitir juicio de valor sobre la actuación docente, es
un valor que he aprendido con esta actividad, pues normalmente
observamos y juzgamos a otros profesores, pensando que nuestra labor
estará siempre mejor ejecutada que las del resto de académicos.
Lo más importante que he podido
aprender de esta actividad es que debemos crear situaciones de
aprendizaje con los recursos que contemos, sea los que sean, y
tenemos que ser capaces de adaptarnos a las circunstancias. En todas
las secuencias se crea una situación de aprendizaje, discutible será
en cuál mejor o peor, pero lo que sí que está claro es que todos
tienen en cuenta su contexto social y entorno de aprendizaje y
actúan como mejor creen que lo pueden hacer.
Además,
el
hecho de que las dinámicas dependan de estos dos factores y no al
revés es una perspectiva nueva para mí que ahora aplico a mi aula y
que sigo a la hora de programar una clase. Antes de realizar esta
actividad, la planificación de mi clase no tenía tan en cuenta la
gestión del espacio (posición, la posición del alumnado o mi
relación con el mobiliario del aula).
Siguiendo
la línea de mi reflexión de la actividad, me gustaría resaltar la
importancia de la nueva posición del profesor que sigue un enfoque
comunicativo, incuestionable en la actual aula de ELE. Tomo
conciencia e intento enseñar en mi clase que es el alumno el eje en
el proceso de aprendizaje y que todo mi trabajo en el aula
(metodología, estrategias) estará enfocado a que él adquiera la
autonomía y responsabilidad suficiente como para sentirse autor de
su aprendizaje. Para ello, es necesario saber cómo gestionar mis
movimientos en el aula, cómo dirigirme a los alumnos y cómo
permitirles que interaccionen para que las dinámicas programadas
cumplan con el objetivo comunicativo planeado.
Limitaciones en mi
formación
Algo que me resulta aún difícil
en mi proceso de aprendizaje es el ser capaz de relacionar la teoría
con la práctica y, a pesar de que la profesora asegura que lo hago
en esta ocasión, considero que todavía necesito hacer más hincapié
en este punto cuando elaboro mis trabajos. Cuando, por ejemplo,
trabajamos en grupo, me doy cuenta de que tengo más dificultad que
el resto de compañeros en este aspecto.
Mi
reflexión, como dice el documento, demuestra que soy consciente de
mi proceso de aprendizaje. Es en esta actividad donde no sólo
analicé a los tres profesores y sus actuaciones, sino que sobre todo
analicé la mía y la gestión que yo hago de mi aula. Pude confirmar
que hay decisiones que hago en el aula que son positivas y van acorde
a lo que se espera de un profesor que domina su competencia
comunicativa, como bien discuten Hymes, Canale y Bachman (Novillo,
2018, p.2). Sin embargo, no todas son así y, si bien depende de
factores como tiempo, disposición fija del mobiliario, por ejemplo,
este trabajo y reflexión posterior me ha permitido ver en qué
momentos en el aula puedo no estar haciendo lo correcto y cómo
solucionarlo.
Tras
haber analizado diferentes estrategias de gestión del aula, puedo
afirmar que mi actuación en el aula la mayoría de las veces
proporciona situaciones de aprendizaje óptimas, pero muchas otras me
encuentro limitada en cuanto a espacio o mobiliario y eso repercute
en la selección de dinámicas y en mi capacidad para estar atenta a
posibles oportunidades de aprendizaje que puedan surgir en el aula.
Intento favorecer la autonomía del alumno, pero, de la misma forma
que uno de los profesores, el sistema educativo del que procede mi
alumnado no promociona este tipo de filosofía y muchas veces me
encuentro con que son los alumnos los primeros que rechazan llevar a
la práctica actividades que requieran responsabilidad, autonomía o
madurez en su proceso de aprendizaje.
Evaluación
de la muestra
La
reflexión crítica de esta muestra me ha permitido observar mi rol
como docente en el aula a la hora de gestionar el espacio en esta,
pero también mi papel como formando en mi proceso de aprendizaje,
porque he visto qué puntos de mi aprendizaje necesito mejorar para
poder estar a la altura del trabajo y nivel de conocimiento
requeridos.
Mi
posición en el aula desde esta actividad y retroalimentación ha
mejorado y desde entonces intento siempre tener en cuenta mis
movimientos para favorecer la situación de aprendizaje. Intento no
olvidarme de las primeras filas cuando me voy al final del aula a
explicar o a expresar cercanía; estoy casi todo el tiempo cerca de
ellos para que puedan preguntar cualquier duda y yo pueda comprobar
su progresión en el aula.
En
trabajos posteriores he intentado poner más hincapié en el esfuerzo
de poner en relación la teoría y la práctica y no centrarme
únicamente en mi experiencia profesional o creencias educativas que
todo profesor trae consigo. Este tipo de trabajos favorece la
reflexión crítica y nos sitúa en ambos lados al mismo tiempo, el
del formador y el del formando, algo indispensable para poder avanzar
en nuestro proceso de aprendizaje.
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